Microcuento, minicuento, cuento en miniatura, cuento brevísimo, o "microrrelato". El microrrelato nace en la tradición oral, en forma de fábulas y cuentos y va tomando forma en la Edad Media en forma de leyendas, adivinanzas y parábolas.
El microrrelato es una propuesta literaria adaptada a la rapidez de los nuevos tiempos, pero igual cumple los principios básicos de la narrativa aunque de una forma concentrada.
Algunas de las características del microrrelato son: en pocas líneas el autor debe contarnos una historia, ser agudo en ideas y a la vez conciso; usar una fraseología sencilla, pero también cuidada y precisa, además de ingeniosa, y contener una sutil pincelada de humor. De igual modo la elección del título es relevante, puesto que en ocasiones este complementa el sentido mismo de la historia. Los finales suelen ser impredecibles, abiertos a distintas interpretaciones, y llevar al lector a una reflexión. A continuación algunos ejemplos de microrrelato.
NÚMERO ERRADO
Fuerte retorcijón en el estomago. <¡No puede ser! Justo ahora, en espera de una importante llamada>. Enseguida un nuevo el retorcijón. De inmediato uno más y otro. Lo inevitable sucede: carrera precipitada, piel sudorosa… la fría loza del váter se erige como un fatídico solio. Angustias y maldiciones de una evacuación eterna. La más bizarra pesadilla se instituye: el repiquetear insistente del teléfono.
Ring… ring…, pero aquella sustancia acuosa que brota de sus entrañas no parece detenerse, ring… ring… continúa el aparato. ¡La vida requiere medidas extremas! pantalón a la rodilla, carrera frenética.
Ring… ring… ring…
¡Si diga!
Surge una voz tembleque del otro lado de la línea:
-¡Alo! me comunica con Carlos-
…¿Carlos? Aquí no vive ningún Carlos… debe tener el número equivocado.
Germán Camacho López
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