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Mostrando entradas de julio, 2016

El hombre alienado

El sistema aliena al hombre a tal punto de entender su trabajo como un asunto ajeno y distante, no la obra de su hacer, de su propia naturaleza. Su actividad es ajena, impuesta, forzosa. Impide la autorrealización, el desarrollo de sus dones. El trabajo muda a una manifestación de esclavitud y servilismo, la alienación de satisfacer necesidades primarias, que el entorno por sí mismo podría proveer. El sistema es el yugo del hombre, donde aquel que no trabaja, el burgués, pos ee al hombre y su trabajo. Negando su condición, convirtiéndole en simple mano de obra con un equivalente económico. El trabajador es utilizable, representa una cifra, es multiplicable. El sistema compra el trabajo del hombre, a su vez, el hombre compra la mercancía del sistema, a fin de cuentas el sistema siempre gana. La alienación hace creer que solo el sistema puede proveer el medio para subsistir, no permite desprenderse de él sin renunciar a la existencia misma. El sistema destruye la solidaridad natural, la

pensamiento propio o estado de opinión

¿Eres consciente de tu pensamiento? ¿Son propios las ideas, planteamientos y decisiones que tomas? O ¿alguien los depositó ahí? Debemos sopesar la información sin dejarnos guiar por creencias o prejuicios, sin evidencia de los hechos; reflexionando todas las opciones posibles y valorando nuestro propio concepto subjetivo. No debemos simplemente aceptar un estado de opinión, de decisiones públicas, de asociación colectiva per se. Solo por hábito repetitivo. La sociedad actual esta desinformada, manipulada, es irreflexiva y deja que otros determinen su desarrollo. Es necesario cuestionar quiénes definen la información que recibe el ciudadano común y que interés particular hay en ello. Urge un pensamiento crítico en todas las esferas sociales. Una interpretación e inferencia propias, la autorregulación del pensamiento. El individuo debe basarse en la confianza de su razón y su integridad intelectual. Teniendo una mente abierta, siendo inquisitivo y, a la vez, empático. Se hace indispe

Lo moralmente aceptado

Creemos que lo moralmente admitido es lo correcto, así llevamos una existencia fría y desapegada, ante el hambre, la esclavitud, la humillación, el rechazo, la violencia que padecen otros. Lo moralmente aceptado es que cada quien luche por su propio bienestar y, acaso, el de sus seres queridos, sin mayores consideraciones éticas. La premisa es subsistir, ser competitivo, sobresalir entre rostros patidifusos y tristes. Entre hileras de semblantes agotados y figuras harapientas bajo la inclemencia del sol. Alaridos de inocentes, gritos que callan ante la voz de mando del sistema regente. Un horror que ocultamos subiendo el volumen de la tv. Nos acostumbramos a ello; al espectáculo grotesco que llamamos sociedad. Este ser humano desesperado no tiene reacción, ni deseos, es llevado al más bajo nivel de sobrevivencia pura y simple, entre las labores tediosas que le asignan. De vez en cuando asiste a una sala de teatro, el cine o un concierto, pero casi nunca se otorga el privilegio de tom

Eres conciencia

A veces sentimos que nuestro contacto con las personas, entorno y eventos se ha vuelto tan superficial, que casi no lo percibimos y mucho menos lo disfrutamos. No nos dan felicidad, porque no sentimos que conectemos con nada.  Sin embargo, podemos ser felices cuando comprendemos que todo sucede dentro de nosotros, Dios, el amor, la felicidad, el éxito son fuerzas latentes dentro de cada uno. Lo que somos y sentimos no depende de lo que pasa afuera, es una decisión interior li bre y propia. Eres viento, bosque, agua, animales; tus seres queridos. Ese Dios a quien crees encontrar en templos gentilmente ataviados eres tu mismo. Eres la conciencia leyendo estas líneas. Cada pensamiento, emoción, deseo, sanación ocurre en tu interior. Con estas palabras comprenderás que también eres lo contrario: aquello que te agobia, rechazas y te molesta emana de ti mismo. Las aves revoloteando en el cielo y hasta el sonido de los cláxones de los autos, están sucediendo en tu campo de concienci

Lo finito y lo infinito

El ser humano en sentido amplio, es aquel que se realiza libremente desde la creación de su propia ética y responsabilidad como individuo; ajeno a los sistemas de creencias impuestos, los moralismos y prejuicios. En ese momento descubre a su dios interior más allá de las culturas preexistentes y concibe una universalidad que le resultaba ajena. El hombre es la unión de lo temporal (la carne) y lo eterno (el espíritu), la combinación de lo finito y lo infinito. La existencia n o es una incógnita, ni la obra del azar; es la búsqueda de experiencias que permitan encontrar una verdad propia para ser usada con plena libertad. Solo tal libertad plena nos permite reconocernos, generar conciencia y conectar con lo esencial. La gnosis del ser humano es encontrarse a sí mismo para ejercer su derecho al libre albedrío. Es la experimentación de la existencia desde la dicha y la angustia. El develamiento de una abstracción que avive nuestras acciones lejos de toda concepción y monomanía social. La

La libertad del pueblo

El poder está y siempre ha estado contra los pobres, el único terrorismo que existe es el terrorismo de estado, belicista y corrupto: ese que suscita diferencias sociales. El ciudadano común debe pugnar por mantenerse digno, por alcanzar una intelectualidad que le permita entender la manipulación a la cual es sometido. Mantener un papel activo ante la amenaza que representan los gobiernos actuales. Avanzar en la configuración de las condiciones de una sociedad moderna, pluric ultural, equitativa, que reivindique al individuo. El pueblo no debe abandonar su idea de liberación y emancipación de pensamiento, la única sociedad funcional es aquella que concibe relaciones entre iguales. El estado actual promueve, por el contrario, un vínculo entre burgueses y sometidos con tintes esclavistas. Una vulgar política que atenta contra la propia naturaleza humana. Cínicas y prosaicas alianzas de corrupción. Deben darse las condiciones para mantener un pensamiento activo, desde el compromiso de la

La vida es una gran oportunidad

Por regla general, todos queremos ser felices, disfrutar, alcanzar nuestros sueños y llevar una existencia significativa. Autorrealizarnos, disfrutar del amor y la compañía de nuestros semejantes humanos y no humanos.  Pero, ¿sabes si consciente o inconscientemente estas practicando el arte de hacerte desdichado y amargar la vida a otros? Excepto que haya una terrible guerra, hambruna, desplazamiento, epidemia, o desastres naturales; intenta ser feliz siempre. Dejando de lado conductas antisociales o sicopáticas; en la cotidianidad podemos encontrar este tipo de comportamientos, incluso, algunos creen que son naturales. No es así. ¿Cuáles podrían ser indicio de que eres una persona toxica y una influencia negativa para otros? Los celos familiares, en el trabajo, con amigos, o pareja. Agitar las banderas de la discriminación racial, ideológica, sexual, social, religiosa, física, de género, académica. Vivir en la angustia del dinero, sentir temor ante cualquier pérdida económica.