Caminaba el cojo con su bastón, cuando un joven al verlo se rió de él. A lo que él hombre replico: ¿De qué te ríes? El joven observó: de cómo debes apoyarte sobre aquel viejo soporte para poder andar. Y el hombre sabiamente respondió: con este apoyo puedo ir donde quiera y alcanzar mis objetivos, por el contrario tú estas ahí sentado perdiendo el tiempo, porque no encuentras apoyo de nadie.
Muchas veces el más discreto de los apoyos, resulta ser el más valioso.
Comentarios
Publicar un comentario