Interpretar los sueños y desentrañar su significado ha sido
una obsesión del ser humano desde sus mismos inicios. Imágenes a veces
complejas y arduas de interpretación. El cerebro humano, tan potente como para
almacenar un sinfín de iconografías, entre ellas rostros y figuras humanas, que
quizá el soñador, porta consigo a lo largo de los años y eventualmente emergen
mientras duerme. Pero, ¿existe en ello algo que aún no entendemos? ¿Qué información
ocultan nuestros sueños?
Un
sueño es la experiencia mental que ocurre mientras dormimos, imágenes vividas
que en ocasiones sentimos, nos siguen a lo largo del día. El mundo del ensueño
es completamente disímil de lo que consideramos real, en él, el tiempo carece
de relevancia. Flotamos y cambiamos de época a nuestro antojo, el aspecto de
las personas varía, siendo a veces rostros familiares, y en otras ocasiones
desconocidos o incluso tener aspecto de animales. El cuadro “La persistencia de
la memoria” de Salvador Dalí, es una buena muestra de lo que es este lugar
irreal que, visitamos mientras dormimos.
A
medida que el estado de abstracción se hace profundo, los sueños empiezan a hacerse
más inusuales, y el cerebro parece querer vivir con mayor intensidad, adentrándose en
un mundo de bizarras aventuras ¿Acaso es nuestro espíritu vagando libre por rincones
del universo, que nos resultan desconocidos cuando estamos despiertos?
Según investigaciones todos soñamos, aunque algunos recuerdan
mejor que otros lo que soñaron. Y existen múltiples teorías y estudios sobre el
significado de los sueños, como dijo Freud: “no controlamos nuestra propia mente” y a veces parece
que esta en su independencia, se tomara las noches para escapar un momento de
nosotros.
Probablemente,
los sueños tengan un condimento comprobable de reminiscencia respecto del entorno
en que estamos durante las horas del día, empero, tienen también aditamentos que resultan completamente desconocidos. Podría
tratarse de simples montajes desordenados de lo vivido durante varios días,
pero sin duda, hay cosas en ellos que tenemos la convicción, no tienen un
origen conocido.
Si
bien es cierto que casi siempre soñamos con rostros familiares: padre, madre,
espos@, e hijos, a veces aparecen en nuestras historias personajes totalmente
ajenos a nuestro cotidianidad, con rasgos y personalidades distintos.
Freud
teorizó que soñamos para satisfacer deseos y que los sueños son
el camino real al inconsciente, donde se expresan anhelos reprimidos. Y muchas
veces el contenido manifiesto de los sueños, expresa de forma simbólica conflictos
reprimidos de orden sexual.
Actualmente, algunos autores difieren de estos conceptos y dan una interpretación
distinta del mensaje contenido en los sueños. Por ejemplo: la necesidad de
resolver conflictos de la cotidianidad aportando consideraciones que no se han
tenido en cuenta de manera consiente. De este modo el inconsciente vendría a
ser una fuente de autoconocimiento.
Alegría,
felicidad, éxitos, calumnias, preocupaciones, separación, infidelidad, contrariedades,
matrimonio, dicha en el hogar, asensos laborales. Multiplicidad de
interpretaciones recaen sobre los sueños. Pero quizá como algunos piensan,
estos puedan resultar el reflejo de nuestra propia imagen en un espejo
subjetivo; aquello que deberíamos hacer u obviar dependiendo de las acciones
que tomemos en el sueño.
De
ser así, es el momento de escuchar nuestro subconsciente, entenderlo y tomar su
guía para saber como conducirnos en el mundo consciente.
Germán Camacho López
Germán Camacho López
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