A veces sentimos que nuestro contacto con las personas, entorno y eventos se ha vuelto tan superficial, que casi no lo percibimos y mucho menos lo disfrutamos. No nos dan felicidad, porque no sentimos que conectemos con nada.
Sin embargo, podemos ser felices cuando comprendemos que todo sucede dentro de nosotros, Dios, el amor, la felicidad, el éxito son fuerzas latentes dentro de cada uno. Lo que somos y sentimos no depende de lo que pasa afuera, es una decisión interior libre y propia.
Eres viento, bosque, agua, animales; tus seres queridos. Ese Dios a quien crees encontrar en templos gentilmente ataviados eres tu mismo.
Eres la conciencia leyendo estas líneas. Cada pensamiento, emoción, deseo, sanación ocurre en tu interior. Con estas palabras comprenderás que también eres lo contrario: aquello que te agobia, rechazas y te molesta emana de ti mismo.
Las aves revoloteando en el cielo y hasta el sonido de los cláxones de los autos, están sucediendo en tu campo de conciencia. Sientes que no eres feliz, pero la felicidad está en ti. Tú eres esa felicidad, amor, esperanza; sueños y logros. Eres tu creador. Aunque sientas que tales eventos vienen a ti, en realidad provienen de ti. Del mismo modo el miedo, la confusión y el agobio no son cosas que te suceden, eres tú quien lo provoca. Si estás comprendiendo sabrás, entonces, que lo que llamas vida o muerte es producto de tu campo de conciencia. Así como decidiste nacer, también decidiste cuando partir. Eres un cielo inmutable tras una y otra tormenta, las emociones que sientes son esas tormentas.
Toda sensación viene y va en tu conciencia, lo percibes con tu cuerpo físico, pero también ese cuerpo es reflejo de tu conciencia. Nada te sucede a ti, todo sucede dentro de ti. Mientras te mueves por el espacio y el tiempo como un alma libre y eterna. Simplemente, sé feliz.
Germán Camacho López
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