Por regla general, todos queremos ser felices, disfrutar, alcanzar nuestros sueños y llevar una existencia significativa. Autorrealizarnos, disfrutar del amor y la compañía de nuestros semejantes humanos y no humanos.
Pero, ¿sabes si consciente o inconscientemente estas practicando el arte de hacerte desdichado y amargar la vida a otros?
Excepto que haya una terrible guerra, hambruna, desplazamiento, epidemia, o desastres naturales; intenta ser feliz siempre.
Dejando de lado conductas antisociales o sicopáticas; en la cotidianidad podemos encontrar este tipo de comportamientos, incluso, algunos creen que son naturales. No es así.
¿Cuáles podrían ser indicio de que eres una persona toxica y una influencia negativa para otros?
Los celos familiares, en el trabajo, con amigos, o pareja.
Agitar las banderas de la discriminación racial, ideológica, sexual, social, religiosa, física, de género, académica.
Vivir en la angustia del dinero, sentir temor ante cualquier pérdida económica. Inculcar a otros ese mismo temor.
Quejarte todo el tiempo. Criticar el modo de vivir, aspecto, ideas, inversiones o gastos de los demás.
Sentir que todo es predecible, y que no existe emoción ni posibilidad de aventura.
Hablar de lo agobiado que estás y hacerlo tu principal tema de conversación.
Inducir conflictos triviales con tu familia, hermanos, pareja, jefe, hijos, amigos o vecinos.
Despotricar todo el tiempo de tu trabajo y repetir que te quieres ir a otro país al que probablemente nunca iras.
Negarte a conocer nuevos lugares o intentar cosas distintas que te saquen de tu estado de “confort”
Hacer señalamientos sin conocimiento de causa.
Buscar la intención en lo que otros hacen, tomarlo como una agresión personal, incluso, si aparentemente no tiene que ver contigo.
Asumir de los demás las peores intenciones, tomar cualquier comentario inocente y transformarlo en un insulto o intento de agresión.
Buscar siempre el beneficio propio. Si ayudas alguna vez, es para que otros reconozcan el talante solidario y bondadoso que tienes.
Evitar al máximo agradecer. Considerar las gracias algo improductivo. Lo que hicieron fue porque quisieron, no les debes nada.
Mantenerte siempre alerta y a la defensiva.
Culpar a tus padres de tus desdichas y fracasos. Extender esa culpa a tus hermanos, amigos, pareja, maestros y a la sociedad en general.
Repetir constantemente que el mundo está lleno de tristeza, pobreza, enfermedad y devastación. Que nada tiene sentido y tu esfuerzo por el cambio nada contribuirá.
Asegurarte a ti mismo que no tienes defectos, que estas bien cómo eres y son los que te rodean quienes deben adaptarse a ti.
Glorificar a personajes públicos, políticos, actores, deportistas…tómalos como ejemplo e intenta imitarlos, aunque no tengan nada que ver contigo.
Culpar constantemente al pasado o encuentra en el las únicas cosas buenas que has vivido. Siente lastima por lo que perdiste o anhela volver en el tiempo para hacer todo distinto.
Encontrar una pareja a tu medida, privilegiar el aspecto físico e intentar moldear su personalidad a tu gusto.
Ser muy crítico, quejarte. Haz una lista de lo que no te gusta y quieres cambiar del mundo, menciónalo permanentemente.
Ser vanidoso. Siente que eres el ejemplo a seguir, que todos deberían admirarte. Busca constantemente aprobación.
Abandonar todo lo que inicies, olvidarte de la perseverancia. El fracaso es una constante que no controlas.
Centrar tu atención en lo negativo de tu vida: en lo que deseas y no has conseguido, en lo que perdiste, o no ha salido como esperabas.
Pensar sólo en ti. Porque, seguramente, eso hacen los demás.
Sonreír lo menos posible. Sonreír es signo de debilidad o complacencia.
Buscar la aprobación de las personas que consideras importantes o exitosas, sobre todo aquellas que tienen dinero o te parecen geniales.
Rehuir el cambio. Las cosas son como son, sigue viviendo en un mundo donde los negros son esclavos, las mujeres no tienen derecho al voto y los homosexuales deben ser linchados.
Mostrarte frío y distante. Así ganarás el respeto de otros. Los abrazos y besos son para los débiles.
No perder el tiempo llamando o escribiendo a familiares o a amigos. Si te aprecian comprenderán que tienes otras cosas que hacer.
Ser sarcástico y burlón, busca las defectos de los demás para divertirte. Es problema de ellos si se enojan.
Intentar alcanzar logros económicos y aparentar un buen nivel de vida. Eso es que lo define tu valor como persona.
No compartir todo lo que sabes. La información es poder. Puede ser usada en beneficio del otro sin que tú ganes nada.
Puedes hacer todo lo anterior o, simplemente, disfrutar tu momento y ser feliz
Pero, ¿sabes si consciente o inconscientemente estas practicando el arte de hacerte desdichado y amargar la vida a otros?
Excepto que haya una terrible guerra, hambruna, desplazamiento, epidemia, o desastres naturales; intenta ser feliz siempre.
Dejando de lado conductas antisociales o sicopáticas; en la cotidianidad podemos encontrar este tipo de comportamientos, incluso, algunos creen que son naturales. No es así.
¿Cuáles podrían ser indicio de que eres una persona toxica y una influencia negativa para otros?
Los celos familiares, en el trabajo, con amigos, o pareja.
Agitar las banderas de la discriminación racial, ideológica, sexual, social, religiosa, física, de género, académica.
Vivir en la angustia del dinero, sentir temor ante cualquier pérdida económica. Inculcar a otros ese mismo temor.
Quejarte todo el tiempo. Criticar el modo de vivir, aspecto, ideas, inversiones o gastos de los demás.
Sentir que todo es predecible, y que no existe emoción ni posibilidad de aventura.
Hablar de lo agobiado que estás y hacerlo tu principal tema de conversación.
Inducir conflictos triviales con tu familia, hermanos, pareja, jefe, hijos, amigos o vecinos.
Despotricar todo el tiempo de tu trabajo y repetir que te quieres ir a otro país al que probablemente nunca iras.
Negarte a conocer nuevos lugares o intentar cosas distintas que te saquen de tu estado de “confort”
Hacer señalamientos sin conocimiento de causa.
Buscar la intención en lo que otros hacen, tomarlo como una agresión personal, incluso, si aparentemente no tiene que ver contigo.
Asumir de los demás las peores intenciones, tomar cualquier comentario inocente y transformarlo en un insulto o intento de agresión.
Buscar siempre el beneficio propio. Si ayudas alguna vez, es para que otros reconozcan el talante solidario y bondadoso que tienes.
Evitar al máximo agradecer. Considerar las gracias algo improductivo. Lo que hicieron fue porque quisieron, no les debes nada.
Mantenerte siempre alerta y a la defensiva.
Culpar a tus padres de tus desdichas y fracasos. Extender esa culpa a tus hermanos, amigos, pareja, maestros y a la sociedad en general.
Repetir constantemente que el mundo está lleno de tristeza, pobreza, enfermedad y devastación. Que nada tiene sentido y tu esfuerzo por el cambio nada contribuirá.
Asegurarte a ti mismo que no tienes defectos, que estas bien cómo eres y son los que te rodean quienes deben adaptarse a ti.
Glorificar a personajes públicos, políticos, actores, deportistas…tómalos como ejemplo e intenta imitarlos, aunque no tengan nada que ver contigo.
Culpar constantemente al pasado o encuentra en el las únicas cosas buenas que has vivido. Siente lastima por lo que perdiste o anhela volver en el tiempo para hacer todo distinto.
Encontrar una pareja a tu medida, privilegiar el aspecto físico e intentar moldear su personalidad a tu gusto.
Ser muy crítico, quejarte. Haz una lista de lo que no te gusta y quieres cambiar del mundo, menciónalo permanentemente.
Ser vanidoso. Siente que eres el ejemplo a seguir, que todos deberían admirarte. Busca constantemente aprobación.
Abandonar todo lo que inicies, olvidarte de la perseverancia. El fracaso es una constante que no controlas.
Centrar tu atención en lo negativo de tu vida: en lo que deseas y no has conseguido, en lo que perdiste, o no ha salido como esperabas.
Pensar sólo en ti. Porque, seguramente, eso hacen los demás.
Sonreír lo menos posible. Sonreír es signo de debilidad o complacencia.
Buscar la aprobación de las personas que consideras importantes o exitosas, sobre todo aquellas que tienen dinero o te parecen geniales.
Rehuir el cambio. Las cosas son como son, sigue viviendo en un mundo donde los negros son esclavos, las mujeres no tienen derecho al voto y los homosexuales deben ser linchados.
Mostrarte frío y distante. Así ganarás el respeto de otros. Los abrazos y besos son para los débiles.
No perder el tiempo llamando o escribiendo a familiares o a amigos. Si te aprecian comprenderán que tienes otras cosas que hacer.
Ser sarcástico y burlón, busca las defectos de los demás para divertirte. Es problema de ellos si se enojan.
Intentar alcanzar logros económicos y aparentar un buen nivel de vida. Eso es que lo define tu valor como persona.
No compartir todo lo que sabes. La información es poder. Puede ser usada en beneficio del otro sin que tú ganes nada.
Puedes hacer todo lo anterior o, simplemente, disfrutar tu momento y ser feliz
Germán Camacho lópez
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