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Mostrando entradas de septiembre, 2014

Sentimientos positivos

Hoy, me siento: Maravilloso, excelente, espectacular, magnifico, fenomenal, grandioso, formidable, glorioso, esplendido, estupendo, fantástico, brillante, notable, sobresaliente, contento, creativo. Por eso: Prestaré atención, escucharé, seré espontaneo, agradeceré, seré flexible, daré lo mejor, seré firme. Sonreiré, disfrutaré, viviré, soñaré. Porque mi vida está llena de: Riqueza, propósitos, decisión, prosperidad, acción, abundancia, éxito, felicidad, motivación, conocimiento, metas, persistencia, sentimientos, determinación, valentía.   Para compartir con otros: Ideas, amor, cariño, respeto, solidaridad, tolerancia, humanidad, libertad, alegría, diversión, humor, paz, aprecio, ternura, cordialidad, sinceridad, optimismo, lealtad. Tu vida está llena de sentimientos positivos.   Germán Camacho López

El alma humana

— ¿Cómo es el alma humana? —¿Has visto el mar? —Si, claro. —Digamos que tomas un millón de cubetas y llenas cada una con el agua contenida en él. ¿Sería el mismo mar? —Bueno sería distinto, de alguna manera. —Pero su esencia es la misma ¿verdad? Sigue siendo mar. Solo que ahora se encuentra en un millón de cubetas. —Así es. —Del mismo modo, el alma del universo, es una. Solo que habita en miles de millones de seres. —Y…¿que es la muerte? —Es el regreso del contenido de la cubeta a su lugar de origen.  Germán Camacho López

El mundo que anhelo

El mundo que anhelo inspira a hierba, a selva verde, a mares y ríos. A arboles e higos, uvas y moras. El mundo que anhelo tiene un sol adecuado en lo alto, y a la vez una lluvia que besa su cuerpo azul, marrón y verde. Tiene seres increíbles, que parecen venidos de mundos de ensueño, irrealizables pero ciertos. Tiene de hierro, de magma y petróleo que avivan sus entrañas. De dunas, estepas y cerros. De playas, guijarros, pingüinos y peces. De tigres, osos, caballos, águilas, jirafas y toros. De perros, gatos, aves, primates y vida que brota del suelo. El mundo que anhelo tiene el sonido de risas naturales, de aire puro, de la inocencia que emerge, en los dulces rostros de piadosos seres. Pero alguien dijo que para comprar el mundo que quiero, debo luchar con aliento pertinaz en una selva de concreto y odio, de egoísmo, polución, crimen, miseria y sueños rotos. De calles de asfalto, de adobes que construyen la desdicha humana. De edificios calurosos, estrépito de cláxones, rostros