Percíbete a ti mismo, tus emociones y motivaciones, al tiempo que aprecias la profunda conexión con todas las criaturas. Recuerda que la armonía no está solo en ideas afines, sino también en la divergencia y la pluralidad. Es ahí donde surge la empatía. Habla, comparte ideas, pensamientos y expectativas, genera confianza. Entiende a los animales como tus semejantes. Rechaza toda violencia. Reconoce el carácter de los demás al escucharlos. Recuerda que todo es energía: personas, animales y plantas; el planeta es un ser vivo que debe ser protegido. Experimenta ese mundo de vibraciones sumamente enriquecedor: viento, sol, lluvia, montañas, aromas, plantas, sonidos que se conectan generando una profunda paz. Las emociones del mundo son las tuyas propias; las soluciones, respuestas y conocimiento están en ti. Somos armonía, felicidad y risa cuando queremos serlo, cuando conectamos con el entorno, y sus formas de vida. Cuando sabemos respetar esa energía, amor incondicional y pureza. Vive sin caretas, sin ocultar emociones, siendo tú mismo. Contrario a la desigualdad, la discriminación y el sufrimiento de otros. Sin mentirte, ni pretender disfrutar aquello que rechazas, esa parte de la sociedad que no te gusta. Aprende a ser un espíritu libre sin sujeción a normas sociales absurdas. Conoce y experiméntalo todo. Entendiendo la libertad de ese mundo alternativo que soñamos y que es posible si todos nos unimos. Un lugar de paz, amor, belleza, donde toda criatura es escuchada, donde todo sentimiento es respetado; donde la sabiduría es la consigna y la empatía una constante.
Te deseo felicidad.
Germán Camacho López
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