El sistema aliena al hombre a tal punto de entender su trabajo como un asunto ajeno y distante, no la obra de su hacer, de su propia naturaleza. Su actividad es ajena, impuesta, forzosa. Impide la autorrealización, el desarrollo de sus dones. El trabajo muda a una manifestación de esclavitud y servilismo, la alienación de satisfacer necesidades primarias, que el entorno por sí mismo podría proveer. El sistema es el yugo del hombre, donde aquel que no trabaja, el burgués, pos ee al hombre y su trabajo. Negando su condición, convirtiéndole en simple mano de obra con un equivalente económico. El trabajador es utilizable, representa una cifra, es multiplicable. El sistema compra el trabajo del hombre, a su vez, el hombre compra la mercancía del sistema, a fin de cuentas el sistema siempre gana. La alienación hace creer que solo el sistema puede proveer el medio para subsistir, no permite desprenderse de él sin renunciar a la existencia misma. El sistema destruye la solidaridad natural, la...