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Es momento de amar y ser feliz

Es momento de soltar amarras, levar anclas y hacerse a la mar. De olvidar el daño y valorar los años. Encontrar personas de buen humor, de risa fácil. Dejar que el viento sople y estremezca las hojas de abedul. Y se lleve lejos, muy lejos… toda amargura, pena o resentimiento. Despeine, acaricie el alma. Invite a perdonar, a cuestionar menos y felicitar más. Que el espíritu libre no se aferre a caprichos materiales, y acierte lo bello entre matices de atardeceres, cantar de aves y gotas de rocío disuadiéndose entre ramas.  Es hora de soltar amarras, pellizcar la perilla de la radio y entonar desafinado la tonadilla que canturrea. Disfrutar el poder de un abrazo, quejarse menos. Mirar los ojos tiernos de las mascotas, los paisajes que se niegan a rendirse al caos y el asfalto. El césped, una fila de hormigas, una abeja buscando la colmena. Dar una siesta cuando llueve. Sonreír más, en lugar de agobiarse. En las noches mirar las estrellas sabiendo que el sol es una de ellas, que se oculta con gracia hasta el amanecer siguiente, dando paso a una luna cariñosa y amante. Donde surgen tormentas, encontrar alegrías. Respirar, amar, ser feliz como único mandato de vida. Es momento de levar anclas, hacerse a la mar…abandonar al triste naufrago incapaz de reconocer el navío de la felicidad que aguarda a orillas del inmenso azur.

Germán Camacho López

 

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