La libertad es ese algo incierto, que suponemos parte de nuestra autónoma elección. Sin ninguna clase de presiones propias o externas, que alteren su resultado final. ¿Pero cuan relativa puede resultar esa enorme valía llamada libertad? Si está condicionada indefectiblemente, por lo que somos como especie social; siempre decidiendo dentro de un ramillete de opciones. En un camino de dos vías, en los cuales cada elección parece bifurcarse una y otra vez; además en algunos casos tales decisiones parecieran controladas por demasiados factores externos. La libertad se torna entonces en una meta, un objetivo; una lucha diaria, un algo que crece pero no basta para ser totalidad. Visto desde el ámbito de la psicología, podríamos decir que la libertad se arraiga en el autocontrol, la autoestima y otros factores de una adecuada salud mental. Cuando logramos vernos en nuestro espejo psicológico personal y reconocernos con todos nuestros matices; fortalezas, debilidades, objetivos y lo...