Saber vivir es un arte, el mas redundante teniendo en cuenta que estamos
vivos. Hablar con alguien, escuchar sus puntos de vista; los hechos de su vida,
los eventos trascendentes e intranscendentes. Es cuando debemos darnos cuenta
que toda circunstancia es una extensión de conciencia, una conciencia universal
dentro de la cual todos estamos contenidos y vivir es la forma en que acertamos
combinar esos eventos; hacerlos relevantes o no, disfrutarlos, desdeñarlos,
aprender de ello.
Ser felices no es una ecuación matemática, ni algo que podamos cuantificar;
mucho menos es algo conexo a la fortuna económica. Cualquiera de nosotros
podría tener 1000 buenos amigos, cada día visitar a tres de ellos en sus casas;
desayunar, almorzar y al final del día recibir también posada. Así no
necesitaríamos trabajar arduamente, pues lo básico estaría cubierto,
probablemente, ellos abastecerían algunas otras necesidades básicas. ¿Pero
seriamos felices?
Constantemente escuchamos quejas y reclamos, por lo arduo que resulta
conseguir el sustento, mantener el techo, el empleo, pagar las cuentas. Es
cuando creemos que tener un gran coche, una hermosa esposa, unos maravillosos
hijos, un empleo envidiable, nos hará felices. En realidad lo que debemos
entender es que todo aquello está entre comillas. ¿Qué es un gran coche para
ti? ¿Qué es una mujer bella para ti? ¿Qué son unos hijos maravillosos para ti?
Que es un empleo envidiable para ti?
La riqueza es un estado de conciencia ¿puedo ser rico con lo que poseo?
Claro que si. No conforme. Si, rico. Ser ambicioso, querer crecer, aprender,
enseñar, avanzar. La percepción del mundo viene de mi, es la conciencia que me
ha sido otorgada por Dios, por el universo o por aquello que creo me ha puesto
aquí. Pero es la honestidad de conocerme y saber que me hace feliz, lo que
permite que pueda ser rico, millonario; sin temores, prejuicios ni paradigmas
impuestos. Todo depende de la forma en que combinemos los sucesos cotidianos y
la predisposición a ser felices.
Alguien puesto por accidente en condiciones extraordinarias, quizá, no sepa
combinar adecuadamente las variables que enfrenta, y convierta la mayor
oportunidad de su vida en un evento angustiante. Pero alguien que haya
aprendido a afrontar circunstancias complejas, saliendo avante de ellas;
acertando el bienestar en cada enseñanza, a discernir el potencial de la
semilla de mostaza para convertirse en un portentoso árbol; aplicará esa
sabiduría para entender que mientras exista camino por recorrer, el seguirá
andando, incluso, si el viento ondea en contra. Y es que más allá de carne y
materia, existe una conciencia, que habita y habla en el interior de cada uno
de nosotros, esa que a veces ignoramos, pero que al aprender a escucharla
comprendemos su facultad de dar respuesta precisa a todo interrogante. ¿Cómo lo
hace? Por medio del consejo de un amigo, del abrazo de tu pareja, de la ayuda
de un extraño, la sombra de un árbol o el vaso de agua en el freezer, incluso
en internet, en las redes, en todas partes, siempre que estemos atentos.
La vida parece a veces un rompecabezas, con acontecimientos que parecieran
no encajar unos en otros, y en ocasiones llega a parecer un juego perverso. Sin
embargo, a diario encontramos personas que ríen, disfrutan, aconsejan, te
llevan de la tristeza al jubilo con unas cuantas palabras. ¿Nacieron así o han
decidido ellos ser personas diferentes?
Culpar, insultar, ser reactivo pareciera fácil, pero no lo es. No es fácil
cuando recibes la respuesta de esos estímulos, de esos sentimientos de vibración
baja: ira, enojo, frustración. Por el contrario asumir responsabilidades,
establecer retos, enseñar, abrazar, acompañar, guiar. Nos permite ser nuestro
propio gobernante. Elijo ser feliz, elijo reír, elijo ayudar, elijo aprender.
La mente es una manifestación del ser. Tus pensamientos, emociones,
reacciones; son una extensión de lo que estas siendo en cada momento,
y puede claro ir en ambas direcciones. Yo elijo el camino positivo, lo
elijo cada día, intento aprender de todos y cada uno de ustedes, de sus
palabras y su silencio, que también es lenguaje.
Como seres intelectuales nos cuestionamos, queremos aprender resolver
enigmas. Como seres motores actuamos, nos involucramos en tareas, realizamos
actividades. Como seres instintivos buscamos suplir necesidades de alimentación,
descanso. Como seres sexuales nos avocamos al placer, al goce de los sentidos.
¿Cómo seres emocionales que haremos? ¿Que haremos cuando alguien insulte,
ignore o cuestione? ¿Cuánto sufrimiento genera ello?
Y es que a veces la respuesta emocional es demasiado vertiginosa, rápida,
vacía de análisis; porque hemos aprendido socialmente a vivir a la defensiva.
No hemos dado oportunidad a la esencia, la propia y la de otros para resolver
conflictos que existen dentro de cada uno; esos que nos hacen reaccionar ante
cualquier frase que evaluemos positiva o no, desde nuestro propio paradigma o
creencia. Es precisamente en las emociones, donde debemos hacemos dueños de
nosotros mismos.
El conflicto nada resuelve, la preocupación nada resuelve. La acción es el
motor que genera resultados y cada uno, sabe que quiere obtener los mejores,
ello implica, claro: tenacidad, perseverancia, pasión, seguridad, fe, convicción.
Germán Camacho López
Germán Camacho López
Comentarios
Publicar un comentario