Mira
a tu alrededor ¿Qué ves? Arboles, nubes en el cielo, empresas, personas y
sueños, el esfuerzo de la naturaleza y la sociedad humana por crear cada día
algo nuevo. La vida es creación, renovación, a pesar de lo que sientes cada día,
emociones gratas o no, lo que te rodea
es esencialmente bueno. Solo de ti depende verlo de esa manera.
Una
sonrisa, un saludo, la ayuda de un desconocido, una palabra de agradecimiento,
la sombra de un árbol, el techado de una tienda; tú puesto de trabajo, un amigo,
tus padres, tu pareja, el álbum de fotos, los recuerdos. Todo, es esencialmente
bueno. Una sociedad con imperfecciones, por supuesto, un mundo con sol y
borrasca, claro, pero debemos acertar la manera de confiar en esa realidad momentánea
que disfrutamos y llamamos: vida. Creer en lo mejor de ella, sin culpar, criticar
ni intrigar, formar parte de esa construcción constante, con palabras y hechos.
Las personas, situaciones, todo, tiene un lado positivo tras la cara gris de la
moneda. Proyectar una sonrisa, un lenguaje corporal activo, un dialogo
placentero, demostrar que estamos para construir agrado, y desde la perspectiva
de todos, es lo que buscamos.
Tener
una interacción fluida con el mundo y los seres que lo habitan, amar esta breve
estación que nos ha sido concedida. Si el sistema social está manipulado ¿Qué vas
a hacerle? Simplemente vive, de la mejor manera que puedas, enfócate en tu
propio éxito, en los sueños que quieres alcanzar. Deja el rollo negativo de
lado, revela un mundo de colores. Desmonta la artillería y reúnete en la alegría
y complacencia de compartir con otros; ya habrá tiempo para que descanses, por
ahora vive, con toda la intensidad que puedas.
No
corras por prisa, sino porque quieres sentir el viento en tu rostro, no te
detengas por miedo, hazlo para disfrutar la belleza que te rodea.
Mantén
tu corazón atento, la cabeza libre de cargas y el espíritu libre.
Enamórate
tantas veces como quieras, o hazlo solo una, siempre que sea verdadero. Pasa las
paginas que escribiste y vuelve a ellas, cuando quieras recordarlas como anécdotas
para ser consultadas. Cambia tu carácter para ser mejor persona, una más
dadivosa, ecuánime, modesta y cariñosa.
Que
no se ocupe de ti el desamparo, Dios, siempre te cuida, está en todas partes,
respiras su esencia cada día, escuchas sus palabras en cada persona que te
habla, incluso en las aves y los ríos.
No
te contamines del maquillaje de la apariencia y la falsedad, quien no aporta
cosas positivas a tu vida, debe tomar un camino distinto del tuyo.
Come
chocolates y escucha música, cuando necesites salir del agobio, establece retos
y aprovecha tu día al máximo, sabiendo que lo difícil es más satisfactorio, una
vez que se logra.
Si
fallas aprenderás, lo habrás intentado y actuado de forma valiente. Sentirás la
lluvia, la sequía y seguirás avanzado; la risa sucederá al llanto y luego, probablemente,
se repetirá el ciclo. Pero descubrirás en cada pequeño detalle una valiosa
enseñanza de: amor, vida, esfuerzo y logro.
Sé
feliz, descubre un universo extraordinario, donde podemos transcender a otros
planos y vivir en cientos de maneras, donde estaremos siempre, porque es todo
lo que existe y contiene tu existencia.
Ten
creencias que construyan, edifiquen y mejoren la vida de otros.
Mantén
tu salud mental y espiritual, y como ley
básica de la vida aprende a forjar buenas relaciones personales, sin exigir perfección,
ni entregar un guion de conducta a quienes te rodean.
Cada
mañana al despertarte, luego de agradecer un nuevo día, ondea la bandera de la alegría, vístete
de entusiasmo y ve al encuentro de un mundo esencialmente bueno.
Germán Camacho López
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