Desdeñar la ideología de la riqueza burguesa y capitalista, de
la imposición oficial de pensamiento, de la necia pretensión de hacernos clones
unos a otros. Con instituciones burguesas que disponen del raciocinio, de la
salud, de la riqueza a su antojo. Con el entramado ininteligible de su ideología
errónea, con estándares obsoletos de sistemas sociales, familiares, jurídicos,
religiosos, sexuales, especistas, raciales o políticos. Desdeñar la desatinada explotación
del individuo y su libre voluntad. Y es que no existe argumento ético, moral,
religioso, económico ni político al que estemos precisados, no. Debemos ser la expresión
social en contra de toda ideología, esa que rechaza la coerción ideológica e
idealista de la burguesía reinante. Debemos ser ajenos a toda razón económica y
materialista, renunciando a este régimen de paradigmas insubstanciales. Y quizá,
danzar desnudos bajo la lluvia, amar a la sombra de los abetos; erigir la
bandera de la igualdad que ignora los colores, el origen y apellidos; cantar
nuestras libertades frente al gobierno vetusto y expropiar a sus huestes
nuestro derecho a ser libres. Y entender,
al fin, redimidos de cualquier temor e incertidumbre que: si lo único que no
tienes en la vida es dinero… ¡cuánta fortuna tienes, amigo!
Germán Camacho López
Germán Camacho López
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