También en la vida, el llanto, la tristeza, la soledad y el agobio son estaciones para alcanzar la meta del éxito, la prosperidad y felicidad. A lo largo de ese camino, encontramos un sinfín de personas, familia, afectos y amigos a quienes agradecer cada enseñanza que dejaron. No hay desilusión en dicho proceso; solo un profundo aprendizaje. Un gran libro del que resaltamos hojas con una pequeña muesca; esas a las que siempre retornamos para leer de nuevo, otras por su parte van mutando en un sutil olvido. Y para el final de nuestra vida, entenderemos que esas pocas líneas que destacamos, fueron la base de nuestra existencia. Padres, hijos, familiares, amores, sueños y amigos, algunos palpables, otros difusos como una fotografía vista a través del cristal de una botella. No obstante, lo importante es recordar que, aun así, todos ellos son las líneas del libro que escribimos y llamamos vida. Gracias por las gracias que deba dar, y si alguna vez di, espero no recibir agradecimiento. J...