Por unos cuantos días, me di a la tarea de hacer un sondeo sobre la opinión política de los Colombianos y el resultado a mi modo de ver fue sorprendente y gratificante; los Colombianos se cansaron literalmente de la forma de hacer política en el país, se desencantaron de sus lideres y decidieron dar la espalda a quien defraudo su confianza. Colombia y sus ciudadanos salieron fortalecidos, después de años de infructuosos intentos por hacer entender a sus gobernantes, que sus únicos sueños eran tener una vida digna y con esa fuerza que siempre los ha caracterizado, con un grito subjetivo, exclamaron que eran ellos mismos los generadores del cambio, que ninguna gobierno, por si solo, solucionaría aquello que sus corazones sentían, que solo su dedicación y amor por lo que hacían los llevaría por el camino anhelado por años, y que la única mano extendida que querían encontrar era la suya propia ayudando a otros.
Los Colombianos aprendieron de sus propios tropiezos y se convirtieron en el agente renovador de su propio mundo.
Germán Camacho López
Germán Camacho López
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