Todo es temor, los niños temen, los adultos
temen, los ancianos temen. Y en tanto haya miedo no habrá libertad. Los países
crean armas por miedo a ser agredidos, entonces su peor temor se hace realidad,
sobreviene la guerra. La gente consume carne por miedo a la enfermedad y su
temor se hace real cuando enferman. Las personas sienten celos por miedo a
estar solos a tal punto que agobian a su pareja obligándole a marchar, así
terminan por estar solos. El miedo jamás ha generado algo positivo. El instinto
de supervivencia es necesario, el temor no. El temor es la antípoda del amor y
ustedes quieren vibrar en amor, pero es justamente ese miedo lo que lo impide. Toda
imposición, toda regla, todo dogma, toda creencia busca infundir temor; existe
un mundo de normas para hacerlos desdichados. Pero ustedes tienen derecho a ser
felices, ustedes saben en el fondo de su ser las cosas que los hacen felices. Vayan
a buscarlas, a encontrarse con ustedes mismos. Está en sus manos, no en manos
de otros. No tengan fronteras, ni política, ni religión, ni las ciencias que
les han enseñado, ni la moral que les ha sido impuesta. En el fondo de su ser
ustedes saben lo que está bien, ustedes reconocen el buen obrar. Liberen su
mente. Sean libres. Recuerden que solo existe un tiempo y ese tiempo es hoy.
Germán Camacho López
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