El ayer no debe existir para ti, solo podrás tomar de él su enseñanza, pero la realidad física de ayer escapa de tu alcance. Eres distinto, has cambiado. El cielo, el árbol, tu pareja, tus amigos, tu mascota, el mundo es diferente de lo que viste y percibiste ayer. Olvida la imagen que tenías de todas esas cosas, no incorpores lo nuevo en lo viejo; mantén tu mirada en el maravilloso presente, el único tiempo que existe. Amplía esta premisa y has que abarque tus hábitos, costumbres, ideas, tradiciones, recuerdos; con tu nueva mirada libera tu pensamiento. Aprende a ver el árbol hoy, la sonrisa hoy, como la nueva experiencia que es. No dirijas tu pensamiento al pasado, pues siempre eres presente. Libera tu mente. Libera el residuo de la experiencia de ayer para recibir lo nuevo de hoy. Deja que los pensamientos, sensaciones y sentimientos de ayer se diluyan en ese pasado. Disfruta la novedad que trae el momento presente. El amor, la alegría, los sueños no son hábito, tradición o recuerd...