A lo largo de la existencia afrontamos situaciones ineludibles: perdidas, enfermedad, separaciones, crisis de diversa índole. Que agobian al ego (esa creación subjetiva de la mente, cuando el espíritu se une a un cuerpo físico temporal). Tales circunstancias desconcertantes pueden ser una tormenta de emociones: sentimientos de vacío, temor, soledad, apatía, rabia.
Pero tal oscuridad, ese torbellino en el que nos sentimos atrapados, es solo el anuncio de una activación espiritual. Un cambio que intrínsecamente hemos impulsado. El llamado a una transformación más allá del horizonte de miedos y paradigmas que nos ha impedido avanzar hacia nuevas metas. Hemos de entenderlo y aceptarlo, aprender de ello, tener la determinación para acertar la luz en dicho cambio; encontrarnos a nosotros mismos en tan profundo vacío. Entonces emergeremos siendo fértiles, libres. Entenderemos que la única razón de la oscuridad y el caos es la creación, la expansión de una nueva conciencia.
El crecimiento personal no es lineal ni controlable, tiene altibajos. El alma se manifiesta, crece con esos cambios; encuentra la luz cuando reconoce la oscuridad.
Es un proceso necesario para aprender a vivir desde la realidad espiritual, en lugar de ser dominados por la tiranía de un ego lleno de apegos y temores.
Aléjate de las certezas y entra en contacto con la intuición y las emociones. Redirige tu dolor, miedo, frustración, rabia; deja que muten en una energía renovadora, purificadora.
Permite que tu ser espiritual surja, recuperando la conexión con lo esencial. En algún momento de tu existencia transitarás por el arrebato, las sombras; por valles oscuros y desconocidos que darán paso a tu fuerza interior, abriendo tu mirada a la verdad.
No es una crisis lo que estás viviendo, es la invitación a ser nuevamente tú mismo, a traspasar los límites; a confiar en ese nivel profundo de la existencia. Es el llamado de la vida para transformarnos, alinearnos con la gran voluntad universal. Deponer el miedo, las normas y estrategias; arrebatar el poder a ese ego tirano, incapaz de creer en ti.
Resistirse al cambio es doloroso, instalarse en la falsa certeza es agobiante. Vas a sentir confusión, miedo. Ahora bien, puedes vivir en ello, o entender que las “pérdidas” y las “crisis” tienen por misión revelar que somos alma, no ego, que ella sabe mejor que nosotros mismos lo que nos conviene, aunque no lo creamos; que el objetivo de la vida es resplandecer. Y en algún momento hemos de abandonar la conducta infantil, la ilusión de control, pero ante todo el miedo.
Afronta este viaje que ahora llamas dolor, incertidumbre, angustia, temor, rabia, frustración. Abandona la zona de confort, deja atrás lo “conocido”, para adentrarte en el bosque oscuro de tus miedos; único camino para hallar la plenitud, la luz y la felicidad. La enfermedad, la perdida, el dolor, el miedo, la ansiedad, la soledad, el vacío; son manifestaciones de tu alma para anunciar la inminencia de una necesaria cuarentena espiritual, un tiempo de transformación.
Para saber, es necesario adentrarse en el no saber. Confiar en la voz interior, reconocer que el ego se opondrá porque siente miedo, y es precisamente porque sabe que renaceremos fortalecidos, libres de su influencia.
Sintoniza con las grandes fuerzas universales de amor, prosperidad, salud. Vive en la conciencia, capaz de aportar a otros y cumplir la misión para la cual has venido al mundo.
Germán Camacho López
Pero tal oscuridad, ese torbellino en el que nos sentimos atrapados, es solo el anuncio de una activación espiritual. Un cambio que intrínsecamente hemos impulsado. El llamado a una transformación más allá del horizonte de miedos y paradigmas que nos ha impedido avanzar hacia nuevas metas. Hemos de entenderlo y aceptarlo, aprender de ello, tener la determinación para acertar la luz en dicho cambio; encontrarnos a nosotros mismos en tan profundo vacío. Entonces emergeremos siendo fértiles, libres. Entenderemos que la única razón de la oscuridad y el caos es la creación, la expansión de una nueva conciencia.
El crecimiento personal no es lineal ni controlable, tiene altibajos. El alma se manifiesta, crece con esos cambios; encuentra la luz cuando reconoce la oscuridad.
Es un proceso necesario para aprender a vivir desde la realidad espiritual, en lugar de ser dominados por la tiranía de un ego lleno de apegos y temores.
Aléjate de las certezas y entra en contacto con la intuición y las emociones. Redirige tu dolor, miedo, frustración, rabia; deja que muten en una energía renovadora, purificadora.
Permite que tu ser espiritual surja, recuperando la conexión con lo esencial. En algún momento de tu existencia transitarás por el arrebato, las sombras; por valles oscuros y desconocidos que darán paso a tu fuerza interior, abriendo tu mirada a la verdad.
No es una crisis lo que estás viviendo, es la invitación a ser nuevamente tú mismo, a traspasar los límites; a confiar en ese nivel profundo de la existencia. Es el llamado de la vida para transformarnos, alinearnos con la gran voluntad universal. Deponer el miedo, las normas y estrategias; arrebatar el poder a ese ego tirano, incapaz de creer en ti.
Resistirse al cambio es doloroso, instalarse en la falsa certeza es agobiante. Vas a sentir confusión, miedo. Ahora bien, puedes vivir en ello, o entender que las “pérdidas” y las “crisis” tienen por misión revelar que somos alma, no ego, que ella sabe mejor que nosotros mismos lo que nos conviene, aunque no lo creamos; que el objetivo de la vida es resplandecer. Y en algún momento hemos de abandonar la conducta infantil, la ilusión de control, pero ante todo el miedo.
Afronta este viaje que ahora llamas dolor, incertidumbre, angustia, temor, rabia, frustración. Abandona la zona de confort, deja atrás lo “conocido”, para adentrarte en el bosque oscuro de tus miedos; único camino para hallar la plenitud, la luz y la felicidad. La enfermedad, la perdida, el dolor, el miedo, la ansiedad, la soledad, el vacío; son manifestaciones de tu alma para anunciar la inminencia de una necesaria cuarentena espiritual, un tiempo de transformación.
Para saber, es necesario adentrarse en el no saber. Confiar en la voz interior, reconocer que el ego se opondrá porque siente miedo, y es precisamente porque sabe que renaceremos fortalecidos, libres de su influencia.
Sintoniza con las grandes fuerzas universales de amor, prosperidad, salud. Vive en la conciencia, capaz de aportar a otros y cumplir la misión para la cual has venido al mundo.
Germán Camacho López
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