A propósito de San Valentín, o día del amor y la amistad en nuestros países latinos. He recordado una definición que vi alguna vez para aquello llamado “amor”: Cuando se está “enamorado”, el nivel de dopamina, una hormona y neurotrasmisor cerebral puede aumentar hasta 7000 veces su cantidad, al estar acompañada de la oxitocina, hormona responsable de la pasión sexual y de la feniletilamina, responsable del entusiasmo, esta mezcla termina por bloquear aspectos de la lógica y la razón. Así es, y tal vez lógico resulte que los poetas hayan intentado durante siglos describirlo como aquel fuego que no quema, e incluso a veces hiela las entrañas, no obstante la realidad es que este proceso forma parte de una reacción ligada a estímulos de: alimentación, sexo, procreación, y supervivencia. Y además no se genera en el corazón sino en el cerebro. Aquellas fantasías desbocadas de los recién enamorados, en las cuales se atribuyen atributos extraordinarios al otro, son resultado de los altos n...