Sé un observador placido, siempre placido. Vendrán triunfos y fracasos, serás admirado y desdeñado, respetado o ultrajado, porque la realidad que habitas, hoy, es un plano de dualidades. Pero tú, sigue observando, hasta ser una tercera fuerza, una dimensión nueva de sabiduría. Se placido en lugar de ser feliz, porque la felicidad tiene una antípoda: la infelicidad, y puedes verte tentado a caer en ella. La placidez por el contrario no tiene opuesto, es serenidad, sosiego. Disfruta de ti mismo sin buscar razones, porque las razones vienen de afuera, empero, la complacencia es un estado propio, introspectivo. Recuerda que el bienestar no tiene que ver con lo que tengas o no tengas, sino con lo que eres. Contrario a lo que piensas, acumular muchos bienes, puede aumentar las preocupaciones y problemas, pero no la felicidad, lo uno no tiene relación con lo otro. Abandonar o aferrarse a algo o alguien, no generará ningún efecto, si no realizas tu búsqueda interior. La búsqueda exterior ya...