No pretendo ser un santo, y si logro un
día dejar un legado al mundo, por pequeño que este sea, será esa la mayor de
las bendiciones. De cualquier modo no voy a justificarme, mis actos acertados o
no, no requieren de tal fundamento, puesto que nadie me impulsó a ellos, y
germinaron del libre albedrío que instituye mi propia naturaleza. Lastimé,
confío, menos de lo que sané a otros; aun así sé que he causado
llanto y risas, espero que las segundas en mayor en medida. No pretendo
exhibirme, como nada distinto de lo que
he sido, una estricta mezcla de errores y aciertos; privilegiado por el Dios
que me puso en este mundo.
No pretendo ser un santo. Solo un hombre que dejó su legado al mundo.
Germán Camacho López
Germán Camacho López
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