Para vivir es necesario despertar, libertarse de las cadenas que los gobiernos, industria, banqueros, medios de comunicación y religiones han impuesto al ciudadano. Es necesario crear nuevas formas de pensamiento y conciencia. Libertarse del servilismo de carácter cultivado por décadas, y entender que, aquellos solo buscan riqueza y poder. La conducta humana débil, fácil, sugestionable y temerosa, se inclinará ante la idea subjetiva del castigo, autoimponiendo la autoridad sobre si, como adarga de protección. Sea esta: estado, economía o religión, por supuesto, tal amparo no existe. Adpero, el ciudadano obedece, se somete a ese tinte autoritario y servil, haciéndolo hábito, llamándolo cultura, tradición, norma. Los medios de comunicación, entretanto, distraen, los sistemas educativos enseñan a no discutir, la economía amedrenta y el estamento fustiga. Así el nivel moral de la sociedad se hace costumbre, apatía que solo profesa seguir los designios de sus señores burgueses. A tal