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Vida sana: ser amable y generoso

La amabilidad es una ruta que, sin duda, conduce al éxito. Además de mostrarnos socialmente como individuos sanos, felices y confiables.
La amabilidad tiene la facultad de mejorar las relaciones, generando placer y bienestar en los demás y nosotros mismos; tornándonos comprensivos y generosos. Por tanto, saber aplicar este habito en la cotidianidad, nos permite afrontar de manera eficaz la vida misma y sobrepasar momentos cruciales en los cuales, es importante contar con otras personas a nuestro alrededor.

Un saludo, una sonrisa, un gesto generoso, son las llaves mas efectivas para abrir la puerta a muchas oportunidades.
La amabilidad, la generosidad y el buen trato a los demás deben ser reivindicadas en la sociedad actual como herramientas sociales rentables, y valores imprescindibles en la formación de las futuras generaciones.
Que la  amabilidad libera de tensiones, recelos y ansiedades, es algo que ya han puesto de manifiesto algunos estudios al respecto. Además aumenta la carga de felicidad y sentimientos positivos en las personas e igualmente favorece la salud, al incrementar la producción cerebral de endorfinas.
Ser generoso y amable, permite la conformación de comunidades unidas, respetuosas, creativas y solidarias; impulsando su crecimiento a niveles superiores. Fortaleciendo en la adversidad y gestionando las oportunidades de manera eficiente.
Y es que no cabe duda que, las emociones y sentimientos positivos son una característica intrínseca  del desarrollo humano, su adaptabilidad al entorno y sus capacidades físicas, psicológicas y sociales. Por supuesto, la amabilidad, la generosidad, la empatía, forman parte de un adecuado escenario para la inteligencia emocional.
Contrario a lo que algunos pocos puedan considerar, respecto de la amabilidad,  como sinónimo de fragilidad, esta es una característica de fortaleza física y emocional. Una persona fuerte no necesita agredir, puesto que se siente tan segura de si misma, que su relación con los demás es de respeto, integridad y valor por la realidad del otro.
La amabilidad al igual que los sentimientos de vibración alta como el amor, el respeto, la confianza, la fe, la solidaridad, generan un efecto positivo en el funcionamiento del organismo; disminuyendo ostensiblemente el riesgo de enfermedades y fortificando a su vez el proceso interno de los órganos, al mejorar nuestro sistema inmunológico.
Ya lo sabes, ser amable, generoso, empático, y optimista no cuesta nada, pero si aporta mucho a tu calidad de vida.

Germán Camacho López

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